Islandia es un dramático testimonio de las fuerzas geológicas de la Tierra, donde el fuego y el hielo coexisten en un paisaje esculpido por volcanes, glaciares y energía geotérmica. El terreno de la isla es como si fuera de otro mundo, cuenta con rugientes cascadas como Gullfoss y Skógafoss, vastas lagunas glaciares como Jökulsárlón y maravillas geotérmicas como el emblemático Geysir, cuyo nombre dio origen al término «géiser» en todo el mundo. Su posición cercana al Círculo Polar Ártico regala a los visitantes la fascinante aurora boreal, mientras que su actividad volcánica da forma a todo, desde playas de arena negra hasta humeantes fuentes termales. Esta convergencia de fuerzas elementales crea un punto caliente de biodiversidad, donde frailecillos, ballenas y zorros árticos prosperan entre campos de lava, valles cubiertos de musgo y casquetes polares. La naturaleza de Islandia sigue siendo un laboratorio viviente de procesos geológicos, que ofrece oportunidades inigualables para la aventura y el descubrimiento científico.
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